Nick Díaz y Joe Riggs una vez pelearon en la ambulancia y en el hospital, después de su pelea en UFC 57 e incluso Riggs lanzó feca para defenderse. Parece algo ilógico, pero fue cierto y es una de las historias más locas del UFC.
Han pasado quince años desde el deslumbrante evento UFC 57 realizado de Mandalay Bay en Las Vegas, que fue encabezado por la pelea de la trilogía entre Randy Couture y Chuck Liddell e incluso contó con el futuro campeón de peso pesado como Frank Mir.
Sin embargo, el 4 de febrero de 2006, fue el hermano mayor de los Díaz quien se robó los titulares después del evento cuando él y su hermano procedieron a iniciar una pelea con un Riggs peligrosamente herido y deshidratado.
‘Diesel’ Riggs en realidad ganó por decisión unánime sobre el mayor de los hermanos de Stockton y se dirigía al hospital después de lesionarse las manos y lidiar con la falta de líquidos, pero ahí fue el comienzo de una gresca de antología.
Hablando con UFC como parte de su programa Fightlore, Riggs recordó cómo la noche dio un giro para una de las peores y más locas historias detrás del octágono.
“Entonces, después de la pelea, fuimos a la ambulancia y mis manos eran solo globos”, dijo. “Simplemente estaba hinchado y las vendas ya no aguantaban más», comenzó explicando Joe Riggs.
“Nick Díaz también iba en la ambulancia, pero por su rostro. Me preguntaban: ‘¿Cómo crees que te fue en la pelea?’ Dije: ‘Me alegro de haber ganado, pero creo que podría haberlo hecho mejor'».
“Entonces escuché, ‘¡Vamos a la cuarta ronda, entonces hijo de puta’ Y era él, Nick, así que nos fuimos en la ambulancia peleando, lanzando golpes hasta llegar al hospital. Sinceramente creo que a Nick le faltan unos jodidos tornillos, hombre. ¡Algo anda mal con ese tipo!».
Después de ver a Riggs acostado en una camilla para reponer sus fluidos, Díaz explicó que la guerra de palabras continuó antes de recibir tratamiento él mismo.
«Le dije: ‘¡Ven aquí, te voy a dar una paliza!'», dijo Nick Díaz, argumentando que “entro al hospital hablando mierda, entonces tan pronto como entro por la puerta con Nate, esta maldita madre estaba atada a una maldita camilla».
“Vamos por el gran jodido cuarto round o lo que sea. Pero me decepcionó, ‘¿qué carajo? ¿Por qué estás atado a una maldita camilla?'».
Hasta ahí, la pelea se había acabado, pero entonces Díaz recordó haberse preguntado por qué andaba Riggs caminando.
“No sé si lo mandaron a buscar algo a la estación de enfermeras, ¿sabes? Y cuando lo hizo, caminó hasta mi habitación. Él sabía que era mejor no venir a mi lado, él sabe que estoy jodidamente loco. Y yo estaba como, ‘¿Qué diablos estás haciendo aquí? ¿Quieres que te chupe el trasero?'».
Es comprensible que ambos oponentes recuerden los eventos de manera algo diferente, pero pueden recordar cómo el resultado terminó siendo exactamente el mismo.
«Todavía estoy en mis pantalones cortos de pelea y estaba cubierto de su sangre», agregó. “Su sangre está en mi maldito cabello, su sangre está en mis uñas, su sangre está en mis pantalones cortos y yo soy germófobo (persona que le tiene miedo a los gérmenes)» comentó Riggs.
Tras su nuevo encuentro en el hospital, Riggs comentó que “Nick siguió hablando tonterías y este tipo no se callaba nunca, así que orino en una taza y se lo llevo al médico, que acaba de pasar junto a él, justo antes de su habitación, tenía un portasueros, porque me estaba rehidratando y él está sentado allí y se agitó mentalmente».
“Él siguió hablando y yo estaba como, ‘Amigo, cierra la boca, mira tu cara’. Me doy la vuelta, con mi taza de orina y mi portasueros y lo escucho caminar. Cuando me doy la vuelta, veo que me golpea y se me cae un diente y en realidad, también me cagué en los pantalones».
Díaz, quien fue el campeón de Strikeforce antes de llegar a UFC, al parecer estaba molesto por los comentarios de Riggs diciéndole que dejara la promoción principal.
Entonces, un Nate Díaz hizo lo que mejor sabe hacer y decidió tomar el asunto en sus propias manos, y los dos terminaron peleando en un armario.
Riggs recordó: “Sabes que me levanté y dije, ‘¿Qué pasa entonces perra?’ Y derribé a Nate y luego le metí los ganchos dobles. Empecé a darle puñetazos en la cara, contra la pared de esta habitación. Él es como, ‘Trae a tu hermano, hombre, trae a tu hermano, hombre’. ¡Atrapa a tu hermano, está loco!’”
En 2006, Díaz todavía estaba en World Extreme Cage Fighting y tenía la intención de hacerse un nombre. Naturalmente, ayudar a su hermano a golpear a un luchador de UFC que se había ensuciado recientemente era la forma ideal de hacerlo.
Una historia, realmente de locos.
