Dada a nuestra experiencia en las artes marciales hemos comprobado que se toma bastante a la ligera el asunto de las infecciones de origen bacterianas, de hecho, hemos visto que son varias las escuelas donde no desinfectan el tatami, muchos se limitan a barrerlo y nada más, mientras que en otros dojos no ponen reparos en dejar que alguien pise la superficie de entrenamiento con zapatillas o que sus mascotas, como gatos y perros, ingresen a éste.
Y es que las infecciones de origen bacterianas son moneda corriente en las artes marciales ya que sus practicantes se encuentran constantemente expuestos a sudor, sangre, heridas abiertas y paños sucios. Al ser un deporte de contacto practicado con la piel expuesta, las posibilidades de contagio se multiplican en todo momento.
Pero ¿qué tan peligrosas son estas infecciones? ¿qué ocurre cuando son graves? Y, ¿qué puede hacerse para asegurarnos de que una infección no se vuelva algo horrendo?
La enfermedad más común dentro del tatami son las infecciones por estafilococo, la cuales provienen de una bacteria específica llamada staphylococcus y que esta involucrada predominantemente en infecciones de la piel. Si permanece en una infección de la piel, es celulitis, pero si va más profundo que la piel se puede considerar fasciitis, llegando a involucrar al músculo y al hueso entre otros sectores del cuerpo.
CONTEXTO
A menudo lo que pasa es que un artista marcial está en contacto con alguien que tiene una infección activa y esos niveles de bacteria en la piel son mucho más altos. Si tienes una pequeña herida en la piel y tienes a alguien sudando y tiene una infección activa, se forma un ambiente cálido y húmedo y básicamente esto es un portal de entrada para la bacteria que se acomodará ahí y comenzará a expandirse. Principalmente es por contacto de la piel, pero ojo, puede vivir en los tatamis y otro equipo, como los focos (pad) o los gis (kimonos).
La primera forma de expresión de esta infección es un sarpullido en la piel. Si es tratado de inmediato con un antibiótico tópico por lo general se resuelve en un mes. Pero cuando avanza más profundo se vuelve más complicado de resolver. Ese es el problema: qué tan profundo avance y la superficie que abarque. Una vez que forma un bolsillo, necesitas que un doctor la opere.
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HABLEMOS DE LA GRAVEDAD
El problema con estas infecciones es que hay tipos de bacteria estafilococo que son resistentes a los antibióticos comunes. Entonces cuando escuchas sobre estos súper microbios o estafilococo resistente a la meticilina, es para preocuparse: pueden salirse de control rápidamente y la habilidad del médico para tratarlos es limitada.
Las cosas empeoran cuando alguien ignora las señales iniciales. Por lo general es una combinación de la cantidad de bacteria que ha entrado al área y la inmunidad natural de la persona. Los peleadores parecen ser más susceptibles cuando están entrenando duro y están empezando a cortar peso para una pelea, como por ejemplo lo que vivió el peleador de UFC Erik Goyito Pérez cuando terminó en el hospital a causa de una infección.
Como dijimos, la infección forma un bolsillo, llamado absceso. El pH, o acidez, de ese bolsillo es diferente de los tejidos que lo rodean, y entonces puede ser complicado tratarlo porque los antibióticos no funcionan en ese ambiente ácido. Así que lo que se necesita hacer es abrir y drenar la pus para que el médico pueda eliminarlas y permitir que los antibiótico y anticuerpos del sistema inmunológico funcionen efectivamente.
El peor escenario de esta infección es cuando pone en riesgo la vida o la extremidad afectada. Si ocurre. A medida que la infección se adentra y carcome la piel, destruye el tejido. Cuando la infección comienza a abrumar la habilidad del cuerpo para contenerla, y en cierto punto la única opción es remover esa parte del cuerpo. Es como un ejército invasor: cuando comienza a tomar control de una región, en un cierto punto necesitas retirarte, entregas esa propiedad para poder salvar al resto del área. Lo peor es cuando entra en estado de fascia, que es el tejido fibroso que está por encima del músculo, porque es cuando se expande rápidamente por la extremidad. Y la única manera de tratarlo es abrirlo y drenarlo.
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El Dr. Michael Kelly—especialista en medicina de deportes, doctor de peleas a medio tiempo y autor del libro Fight Medicine- señaló en una opotunidad que “me sorprende que los representantes y entrenadores de los peleadores no reconozcan lo importante que son las infecciones. Hay algunos que la ignoran y no limpian o desinfectan sus gimnasios: Ah, sólo fue una infección por estafilococo; no es nada grave. No se dan cuenta lo fácil que puede propagarse. Tuve un peleador que tenía una infección por estafilococo, se puso bastante grave y después de tratarlo, tuve que tratar a su esposa e hijos porque la había llevado a casa”.
Un estudio de 2007 en el Diario de la Asociación Médica de Estados Unidos estima que el estafilococo resistente a los medicamentos podría asesinar a más de 18 mil personas al año sólo en los Estados Unidos, excediendo el número de muertes anuales causadas por el VIH.
“En un punto, ni siquiera estaba pensando en mi carrera como peleador, estaba pensando en mi vida”, dijo Demian Maia, peleador de UFC, a reporteros después de recuperarse de la osteomielitis causada por estafilococo. “Pensando en mi familia y mis hijos porque nunca sabes lo que pasará. No sabes cómo va a reaccionar tu cuerpo; no sabes cómo reaccionará la infección”.
Así que ya saben, desinfecten sus tatamis, limpien los focos y kimonos, porque esta enfermedad es el principal rival que tendrán que enfrentar en su carrera en las artes marciales.
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